Tuesday 30 August 2011

Parábola del Sembrador


Parábola del sembrador. (Mateo 13:1-9)
Mat 13:1 «Ese mismo día, Jesús salió de la casa donde estaba, fue a la orilla del Lago de Galilea, y allí se sentó para enseñar.
Mat 13:2 «Como mucha gente llegó a escucharlo, tuvo que subir a una barca y sentarse para enseñar desde allí. La gente permaneció de pie en la playa.
Mat 13:3 «Jesús les enseñó muchas cosas por medio de ejemplos y comparaciones. Les puso esta comparación:
Mat 13:4 «Un campesino salió a sembrar trigo. Mientras sembraba, algunas semillas cayeron en el camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron.
Mat 13:5 »Otras semillas cayeron en un terreno con muchas piedras y poca tierra. Allí pronto brotaron plantas de trigo, pues la tierra era poco profunda.
Mat 13:6 «Pero las plantas no vivieron mucho tiempo porque no tenían buenas raíces, y se quemaron cuando salió el sol.
Mat 13:7 »Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron, apretaron las espigas de trigo y no las dejaron crecer.
Mat 13:8 »Pero otras semillas cayeron en tierra buena y produjeron una cosecha muy buena. En algunos casos, las semillas sembradas produjeron espigas con cien semillas, otras produjeron espigas con sesenta semillas, y otras produjeron espigas con treinta semillas.
Mat 13:9 «“¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!”


Como siempre esta enseñanza nos deja bien claro lo difícil que es llegar al verdadero evangelio, pues muchas veces se le habla a una persona de Cristo, pero esta cuand0 se va de ese lugar, el enemigo,  la engaña diciéndole que esto no es importante..Otra persona que recibe la Palabra con alegría, pero como esta persona no tiene mucha fe, ni conocimiento de la Palabra, se debilita y se aparta de este camino.  Una tercera persona escucha también la Palabra, pero con sus problemas y afanes de la vida pronto se olvida y sigue la senda antigua. Pero el que acepta a Jesús en su corazón y persevera no solo por emoción, sino por obediencia, Dios lo premia y le ayuda en todo y así da fruto en abundancia al treinta, al sesenta y al cien por ciento. Esto agrada a Dios y la persona que tal hace sigue creciendo día a día y llenándose de la gracia de Dios para llegar a la estatura perfecta que es en Cristo Jesús, para estar algún día en la presencia eterna de Dios.

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