Blasfemia II

Blasfemia II Mateo (12:31-37)

Mat 12:31 >>Por tanto os digo:  Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres;  mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

Mat 12:32 >>A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre,  le será perdonado;  pero al que hable contra el Espíritu Santo,  no le será perdonado,  ni en este siglo ni en el venidero.

Mat 12:33  >>O haced el árbol bueno,  y su fruto bueno,  o haced el árbol malo,  y su fruto malo;  porque por el fruto se conoce el árbol.

Mat 12:34 >>¡Generación de víboras!  ¿Cómo podéis hablar lo bueno,  siendo malos?  Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Mat 12:35 >>El hombre bueno,  del buen tesoro del corazón saca buenas cosas;  y el hombre malo,  del mal tesoro saca malas cosas.

Mat 12:36 >>Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres,  de ella darán cuenta en el día del juicio.

Mat 12:37  >>Porque por tus palabras serás justificado,  y por tus palabras serás condenado.

      Jesús es muy enfático en esto, pues el dio su vida por nosotros y permitió que lo trataran mal e incluso blasfemaran contra El, pero el Espíritu Santo, no vino a dar su vida por nosotros, El vino a consolarnos a ayudarnos, enseñarnos, guiarnos, etc. y el que blasfeme contra El no tendrá perdón de Dios, en esta vida, ni después de la muerte, por lo tanto, nadie se atreva hablar mal del Espíritu Santo, que es todo amor y entrega todo lo que le pedimos, ya que El es Dios mismo aquí en la tierra.

Todo aquel que ha tenido experiencias con el E. Santo, le ama, pues El es suave, dulce, gentil, etc. y el que no lo ama, es porque no le ha conocido y tampoco hay amor en el, pues tiene un mal corazón y da malos frutos, pero aquel que lo ama comienza a tener buenos frutos, pues Dios le muestra todo lo que debe cambiar en su corazón; como podemos saber si una persona tiene mal o buen corazón? muy simple, el de mal corazón, habla con sus boca mentiras, engaño, groserías, malos pensamientos, etc, pero el de buen corazón habla con su boca, del amor del Señor y de todas las maravillas que El hace y no cesa de dar gracias a Dios.